Hábitos Saludables

Betacarotenos y otros nutrientes para un bronceado ¡de 10!

Consigue un bronceado saludable con estos nutrientes

Repasamos los nutrientes que nos pueden ayudar a obtener un bronceado saludable, más rápido y uniforme

Se acercan los días de calor intenso y con ello nuestra exposición al Sol. ¿Cuántos no estamos desando ponernos ya el bañador e imaginándonos en la piscina o la playa luciendo bronceado?

A muchos, la llegada del verano, el Sol, el calor y tantas horas de luz, nos aporta grandes beneficios:

  • El Sol provoca que nuestro cuerpo sintetice Vitamina D. Vitamina imprescindible en la absorción y utilización del Calcio y el Fósforo para fortalecer los huesos
  • Mejora el aspecto de la piel en casos de acné y psoriasis. Siempre y cuando la exposición no sea superior a 30 minutos y fuera de las horas centrales del día. ¡Y con el protector solar por supuesto!
  • Aumenta la respuesta inmunológica
  • Puede reducir la presión arterial
  • Ayuda a aumentar los niveles de serotonina. Hormona que produce nuestro cuerpo y que, normalmente, conocemos como la hormona de la felicidad

Como todo en esta vida, en pequeñas cantidades tiene sus beneficios, pero si nos excedemos podemos tener grandes problemas:

  • Quemaduras o eritemas solares
  • Fotodermatitis
  • Deshidratación
  • Fotosensibilidad ante determinados medicamentos y sustancias
  • Envejecimiento prematuro de la piel, lo que conlleva la aparición de manchas, arrugas y pérdida de elasticidad de la piel
  • Lesiones en los ojos
  • Y enfermedades más graves de la piel como pueden ser los melanomas o carcinomas

Protegerse correctamente del Sol permitirá obtener todos los beneficios que aporta al organismo y, al mismo tiempo, ponernos morenos evitando los riesgos derivados de una exposición prolongada a él.

No debemos olvidarnos nunca de nuestro filtro solar adaptado a nuestro tipo de piel, renovándolo cada vez que sea necesario y aplicándolo por primera vez 30 minutos antes de la exposición.

La exposición directa debe evitarse en las horas centrales del día, buscando durante éstas, la sombra y aumentando la protección con prendas de ropa, gafas de sol, sombreros…

Debemos preparar la piel días antes de la exposición. Nuestra piel tiene un mecanismo propio de defensa, la MELANINA. En nuestra piel tenemos unas células llamadas melanocitos, que son las encargadas de su producción. La melanina es un pigmento que aporta color pardo-oscuro a la piel. Su función es bloquear los rayos ultravioleta del Sol para evitar que se dañe el ADN de las células de la piel expuestas a los rayos ultravioletas.

Los melanocitos necesitan de ciertas sustancias para poder generar la melanina, por ejemplo, la tirosina es un aminoácido utilizado por nuestro cuerpo como materia prima para formar la melanina, acción que se ve favorecida en presencia de otros nutrientes como el cromo, el hierro, el zinc y la vitamina B2.

Otras sustancias, como son los betacarotenos o la Vitamina A, estimulan la producción de la melanina además de aportar una gran capacidad antioxidante. Se pueden encontrar en frutas, verduras  y hortalizas como zanahorias y tomates. Los betacarotenos son responsables del pigmento amarillo-rojizo de las verduras y hortalizas, aunque hay otras, como las espinacas, que son de otro color y contienen esta sustancia. También podemos encontrarlos en ciertas algas como el Alga Dunaliella.

Somos conscientes que una exposición a los rayos ultravioletas conlleva una deshidratación, por ello hidratamos nuestra piel con cremas y lociones nutritivas, pero también sabemos que no son capaces de llegar a nutrir las capas más internas, por ello es aconsejable una hidratación desde el interior que podemos conseguir consumiendo ciertos ácidos grasos, como el linolénico, linoleico u oleico. En resumen, los tan conocidos Omega 3, 6, 7 y 9, que podemos obtener desde aceites como el de rosa de mosqueta, el de girasol o el de soja.

Importantísimo también, aunque ya lo hemos nombrado antes, el aporte de nutrientes antioxidantes, para que nuestro cuerpo pueda utilizarlos para eliminar los radicales libres que se forman tras la exposición al Sol y, de esta manera, poder evitar daños oxidativos en nuestras células. Podemos obtenerlos desde ciertas Vitaminas como la A, la C o la E. Que además gracias al aporte de vitamina C, imprescindible en el proceso de formación de colágeno de nuestro cuerpo, ayudaremos a mantener la elasticidad y firmeza de nuestra piel.

Gracias a todos estos nutrientes, obtendremos un bronceado más rápido y uniforme (las pieles hidratadas consiguen un bronceado más uniforme frente a las pieles secas), a la vez que mejoramos la protección de nuestra piel y prevenimos daños en las células de nuestra piel y el envejecimiento celular prematuro.

Existen en el mercado complementos alimenticios que podemos utilizar para completar nuestra dieta con todos estos nutrientes. Para obtener los mejores resultados de bronceado, lo ideal es empezar a consumir estos nutrientes aproximadamente un mes antes de la exposición al Sol, durante, y un mes después para prolongar el bronceado.

Yo ya tengo la sombrilla y la toalla preparada ¿y vosotros?

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